Notas choreras 1: El relámpago viaje de Piñera en Talcahuano 2010

Era enero de 2010, Sebastián Piñera (alianza por Chile) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (Concertación) habían pasado a segunda vuelta y la tensión era máxima en la contingencia de la época. Aquella era una elección rara, mediática, es que ya se venía cocinando la desconfianza en las instituciones políticas. No era raro por ejemplo ver en el prime de TVN “Animal nocturno” al humorista Stefan Kramer haciendo parodias de Jorge Arrate o Marco Enríquez-Ominami (ambos candidatos fuera quedaron fuera de competencia en la primera vuelta), a Sebastián Piñera bailando Thriller en el intento de réplica del Canal 13 al programa español “el hormiguero” o a los humoristas  Pablo Zamora y Kurt Carrera en el progama de Megavisión "Morandé con compañía" haciendo una parodia de Jackass (muy popular por aquellos años) con los candidatos.

La derecha tenía la novedad de una izquierda desgastada, oxidada, sin encanto. La izquierda el legado de Bachelet muy popular por aquel tiempo principalmente por el manejo en la crisis económica mundial del 2008/2009. Ninguno quería perder pero tampoco parecía que hubiera una gran voluntad general de victoria, por lo menos de poner  fondo el acelerador. La novela en esos tiempos era sí Enríquez-Ominami le daría el apoyo político a Frei, cosa que había negado de forma enfática pero que al final terminaría ocurriendo.

Por su parte las encuestas daban una ventaja a Piñera sin embargo esta era mínima. En ese contexto se publicitaba una de las últimas actividades electorales del candidato de RN en Talcahuano. Se anunció con bombos y platillos, como un gran hito local y con la supuesta participación de una gran gama de artistas, concursos y premios, junto con la llegada del candidato. El show partió una hora antes en un escenario improvisado en la intersección de las calles San Martin con Colon en pleno corazón de la ciudad-puerto, con la participación de un doble de Pedro Fernández. El tiempo fue pasando y el candidato Piñera no llegaba ante la desesperación de sus partidarios (la mayoría de la tercera edad). Para intentar calmar un poco la situacion  se comenzaron a  regalar calendarios con su foto o afiches publicitarios de cartón los cuales eran disputados como verdaderas reliquias por los cerca de treinta asistentes al evento.

Los nervios ahondaban para los organizadores: no había novedad alguna del candidato. Ese fue el panorama durante horas, hasta que cerca de las 19 hrs (es decir dos horas después de lo estipulado) un raudo Sebastián Piñera se divisó proveniente de la calle Colon en dirección al escenario. Sin guardias ni seguridad venía rodeado por un grupo de personas que intentaban sacarle algún saludo o fotografía durante todo el corto trayecto. Apenas logro verlo el cansado y transpirado doble de Pedro Fernandez (imagino que con un gran alivio) lo anuncio como si fuera el mismísimo mesías y comenzó un alboroto entre las ancianas presentes muy a lo rock stars.

En cuanto al evento hubo muy poco que rescatar: Piñera estuvo muy poco en el escenario (estimo que menos de media hora) aunque en ese corto tiempo aprovecho de atacar al gobierno de Michelle Bachelet (y a la concertación en general), llamo como en toda su campaña a “ sumarse al cambio”  y terminó con un triunfal discurso de cara a las elecciones del 3 de febrero. 

Terminado el evento el entonces candidato se subiría a un jeep negro (el cual estaba estacionado en la calle San Martin, a la altura de la galería comercial Ruiz Tagle) en donde lo esperaba su señora Cecilia Morel y un grupo de asesores. Ya dentro del mismo, Piñera saludaba sin mucho animo a un número pequeño de seguidores que habían logrado "colar" las medidas de seguridad, mientras un asesor se subía junto a pasteles de la simbólica pastaría chorera "café Marbella" antes de partir.

Sin duda un dulce final para tan ajetreada y fugaz visita. Piñera no volvería a pisar la ciudad hasta los días posteriores al 27F, donde como presidente electo haría una extensa visita al puerto en uno de sus helicópteros privados.